sin conciencia ni aire experto
encuentro al inquilino nunca visto
sentido siempre en urticario desquicio.
y ante tales caminos que trazas por mi piel
solo que me amas puedo deducir,
tu terror es que no puedas serme fiel,
razón para carcomer-picar todo mi ser.
una y otra vez, bésame de noche,
recórreme, viólame y chúpame,
no temas de mi sangre, no hay reproche!
es la hora de la ducha en que debo rascarme.
con qué dignidad hablaré de soledad!
con qué cara despreciado estaré!
si compañera como tú siempre estás,
y aunque seas una pulga no te olvidaré.
Apolo Bolbarán
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