jueves, 7 de febrero de 2013

Crachat VII

Hoy que la distancia es como un mar, más que una ciudad, un poco menos que todo el cielo, desearía dormir un par de meses al ritmo de tus caricias, respirando tu respiración, exudando tu aliento y morir sobre este féretro que son tus piernas. En verdad sería perfecto, sería perfecto si no valiera recordad las infusiones de mentira y traición que os hice, la costumbre que hiciste del control sobre mí, o el siempre sin tiempo de nuestro sexo.

¿Cómo saber si es posible?

Arriesgarme a intentarlo es una traición a todo razonamiento del recién pasado año, pero...

¿Qué importa la razón?

Si este sentimiento supera su lógica y se impone, raudamente, siendo  capaz de modificar mis recuerdos, alterarlos para la sobre vivencia de él (sentir), de argumentar con el sudor de mis manos, con lágrimas, dolores varios o sueños caprichosos por las noches, en los que tus respuestas son todo lo que siempre he querido oír.

Así me silencio, diario, me ocupo de mis nudillos, del viento, el calor, los ruidos y me postergo, y nos postergo un día más.


Apolo Bolbarán